viernes, 13 de enero de 2012

Nuestra propuesta de Sistema Electoral Electrónico - Funcionamiento (I)


Nuestra propuesta de Sistema Electoral Electrónico - Funcionamiento (I)

Contra los vicios señalados en el post anterior, hemos concebido un Sistema Electoral Electrónico basado en dos pilares, que constituyen innovaciones respecto a los sistemas electorales hoy vigentes:
• un Sistema de Puntos Democráticos y
• una Escala de Valores Constitucional.
La Escala de Valores Constitucional es un instrumento legal que deberá tener rango y fuerza constitucional. Como su nombre indica, consiste en un orden de prelación o importancia de valores reconocidos como objetivos ideales de desarrollo humano, por el conjunto de la sociedad.

Así, por ejemplo, una sociedad podría establecer en lo alto de su escala el derecho humano a la vida; un poco más abajo la libertad de expresión y más abajo aún la eficiencia económica, entre otros valores deseables. Se trata de valores no necesariamente excluyentes, pero sí necesariamente ordenados, para evaluar de forma eficiente el beneficio social de las políticas públicas.

La formulación conceptual de estos valores y el orden en que se ubiquen en la escala podrán ser modificados a través de un proceso constituyente continuo (no retroactivo), en el que participarán los ciudadanos a través del sufragio universal, mediante la distribución voluntaria de sus puntos democráticos.

En esencia, los ‘puntos democráticos’ son votos de confianza concedidos por el conjunto de la sociedad a cada uno de sus ciudadanos, de modo que los ciudadanos pueden disponer de estos puntos y distribuirlos según su mejor entender, para apoyar o vetar determinadas propuestas de interés público.

El mecanismo de acción

Entre estos dos pilares se ubica el engranaje central de este sistema, con el que pretendemos romper con los vicios del pasado: Las leyes, obras, actividades de control y auditoría aprobadas por los ciudadanos serán evaluadas por la sociedad según los indicadores de medición contemplados en cada propuesta y los resultados observados, atribuibles directamente a su aprobación.

Así, quienes hayan destinado sus puntos democráticos al apoyo de soluciones beneficiosas, recibirán una mayor cantidad de puntos de parte del conjunto de la sociedad. El voto por una propuesta sería comparable entonces con una inversión en una empresa con fines sociales.

Por el contrario, la sociedad le retirará la confianza a quienes hayan destinado un número de puntos democráticos a contrariar soluciones finalmente efectivas, o a apoyar propuestas que resultaron contrarias a la Escala de Valores Constitucional. Por ejemplo, mejorando la eficiencia económica de un proceso, pero afectando el derecho a la vida.

Así, los electores desatinados perderán el derecho a usar nuevamente los puntos democráticos que la sociedad originalmente les cedió en un acto de confianza, para que participen en la formulación de las políticas públicas. En cambio, aquellos que más beneficien a la sociedad con las decisiones que apoyen, podrán ejercer mayor influencia sobre decisiones futuras.

2 comentarios:

  1. Se formaría entonces una nueva clase de Ciudadanos con Mayor Derecho al Voto, una nueva clase de los mejores (los verdaderos Aristos Kratos, Aristocrátas de la antigua Grecia, el gobierno de los mejores) tomando decisiones, habría que profundizar donde podría sobrevivir el vicio de la corrupción en ellos.

    ResponderEliminar
  2. En efecto, se trataría de una nueva clase de 'los mejores'. A diferencia de las clases que hemos conocido en nuestra historia, esta no alcanzaría mayor poder por haber acumulado más (favores, bienes, lo que fuera...), sino por haber contribuido mejor. ¿Puede seguir habiendo espacio para la corrupción? Creemos que mientras el ser humano dude, y sienta temor, habrá espacio para la corrupción. Y no estamos sinceramente planteando el fin de las dudas o del temor. Solo estamos abriendo una puerta hacia una sociedad mejor, hasta donde nuestra inteligencia nos permite vislumbrarla, para enfrentar los vicios que pueden emanar de las dudas y el temor, y de visiones egoístas de la vida. Estamos planteando una sociedad funcional, que no premie el egoísmo, sino la acción por el bien de todos. Una sociedad en la que los individuos puedan reconocer exitosos (para la vida, para la felicidad y la libertad), aquellos valores que se presentan como conducentes al entusiasmo, la felicidad y la libertad de los individuos.

    ResponderEliminar